«En él, por su sangre, tenemos la redención,
el perdón de los pecados» (Ef 1,7)
Siguiendo el plan salvífico del Padre, Cristo, redimió por su sacrificio a todo el género humano.
Hoy, son muchos los que están lejos de Dios por la esclavitud del pecado.
La Redención es el motor y razón de ser de nuestra vida compartida y entregada, que nos lleva a tender la mano para vendar el dolor y atender con ternura al que se ha alejado de la fe.
El CARISMA REDENTOR es un don del Espíritu Santo, comunicado de un modo especial a Pedro Nolasco, que se expande por más de 800 años en los que no han faltado hombres y mujeres dispuestos a entregar su vida por la LIBERTAD de sus hermanos en la fe.
«Igual que el Hijo del Hombre no ha venido a ser servido sino a servir,
y a dar la vida en rescate por muchos» (Mt 20, 28)
El cuarto Voto de Rendención, que los mercedarios profesamos y añadimos a los consejos evangélicos de Pobreza, Castidad y Obediencia se concreta y encarna en la entrega de la propia vida, siguiendo el ejemplo de Cristo Redentor, quien vino al mundo a "servir y dar la vida en rescate por muchos".